Pero bueno, optaron por otras selecciones”. Por supuesto, y en un fenómeno que resulta evidente (y que no fue exclusivo solo de esta institución), su protagonismo deportivo en las décadas de 1970 y 1980 coincidieron con la masificación de la televisión en México, por lo que el consecuente crecimiento de su afición produjo un proceso de heterogeneización en su base de simpatizantes, es decir que, en sincronía con su diversificación, su identificación era plenamente al equipo (en sus dimensiones institucional, histórica y deportiva) y no a componentes de identidad extra futbolísticos, como los regionalismos, las instituciones educativas o un gremio específico.