Esa última temporada resultó especialmente complicada para el jugador, ya que se produjo la muerte de quien había sido para él su segundo padre, el cuidador del campo del Ajax. Cruyff cayó en un bajo estado de ánimo, y el presidente del Ajax llegó a declarar que al jugador le faltaban capacidades para seguir jugando en la primera división neerlandesa, razón por la cual no le renovó el contrato.